La familia
puede (y debe) trabajar con el niño en casa. Este papel que tienen los padres o
tutores en esta terapia es crucial puesto que serán ellos los que deberán
realizar los ejercicios a su pequeño hasta un máximo de 4 veces al día. Deben
aprender bien los ejercicios y entender que se hacen con el fin de ayudar a su
hijo.
Debe haber una coordinación perfecta entre padres o tutores del niño y el terapeuta que estará disponible para resolver las dudas que vayan surgiendo sobre la terapia.
Debe haber una coordinación perfecta entre padres o tutores del niño y el terapeuta que estará disponible para resolver las dudas que vayan surgiendo sobre la terapia.
Esta
participación por parte de los padres calma su ansiedad. El sentirse activos en
la rehabilitación de su hijo les ayuda a hacer desaparecer la “culpa” que
muchas veces tienen ya que sienten que son una pieza clave e imprescindible en
la terapia.
Es de gran
importancia la correcta aplicación de la técnica por un Fisioterapeuta
certificado por la Sociedad Vojta Internacional, quien entrena a la familia
para que realice el tratamiento de tres a cuatro veces al día en sesiones de 15
a 20 minutos, el terapeuta debe realizar controles semanales, tres a cuatro
veces a la semana, mientras dura el proceso de entrenamiento a la familia,
posteriormente se distancia la frecuencia de asistencia de la familia al centro
donde se realice la terapia al paciente, esta es una oportunidad de trabajo en
conjunto y empoderamiento familiar como terapeutas ya que con supervisión
constante la familia es la que ejecuta el tratamiento, el terapeuta Vojta se
convierte en el modelador del tratamiento y realizador del direccionamiento
general del tratamiento, pero es la familia quien con la repetición de los
ejercicios hace que el tratamiento tenga éxito.
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